La reciente decisión de JP Morgan de incluir a los bonos soberanos paraguayos en el Global Bond Index – Emerging Markets (GBI-EM) marca un avance trascendental para el país y su posicionamiento en los mercados financieros internacionales.
Los títulos emitidos por el Tesoro Nacional en 2024 y 2025 pasarán a formar parte de este prestigioso índice que agrupa a veinte economías emergentes, lo que refleja el progreso sostenido de Paraguay en materia económica y su creciente inserción en los flujos globales de inversión.
Más allá del efecto técnico inicial —los fondos que replican el índice administran cerca de USD 8.7 mil millones y ajustarán sus carteras para incluir bonos paraguayos por aproximadamente USD 4.5 millones—, el ingreso al GBI-EM representa un hito de confianza y proyección.
Este reconocimiento internacional amplía la visibilidad del país, potencia el interés de inversores institucionales y consolida su reputación como una economía estable y previsible dentro de la región.
La experiencia de otros países miembros del índice, como México, India o Brasil, demuestra que este tipo de inclusión impulsa el desarrollo de los mercados locales de deuda, aportando liquidez, profundidad y demanda estructural por parte de inversores de largo plazo.
En el caso de Paraguay, este paso podría traducirse en una mejora del perfil de deuda, al fomentar emisiones en moneda local y reducir la dependencia de instrumentos en dólares. También abre la posibilidad de implementar estrategias de administración de pasivos (ALM) que optimicen vencimientos y condiciones de financiamiento.
Pero los beneficios no se limitan al plano financiero. Un mercado más sólido y líquido puede estimular nuevas inversiones en infraestructura, energía y sectores productivos, generar empleo y fortalecer un crecimiento económico sostenible. El acceso a financiamiento más competitivo también puede convertirse en una herramienta clave para el desarrollo del sector privado y la innovación local.
La incorporación de Paraguay al índice GBI-EM es, en definitiva, un reconocimiento al esfuerzo y la consistencia del país en materia económica.
Si se mantiene una agenda que combine responsabilidad fiscal, desarrollo de instrumentos locales y fortalecimiento institucional, este hito puede convertirse en un punto de inflexión hacia un mercado financiero más dinámico, inclusivo y conectado con el mundo.